El frontman de Foo Fighters recuerda una de sus mejores anécdotas con AC/DC y McCartney
En sus memorias recién publicadas, ‘The Storyteller: Tales of Life and Music’, Dave Grohl ha recordado la divertida historia de la cena en la que el frontman de Foo Fighters compartió mesa con AC/DC y Paul McCartney en 2015, que acabó con las superestrellas y sus parejas bailando jazz juntos. (vía Louder Sound)
Este evento tuvo lugar gracias a la esposa de Grohl, Jordyn, que ogranizó todo la noche del 8 de febrero de 2015, después de la gala número 57º de los Grammy en Los Ángeles. Grohl introdujo una actuación de Beck con Chris Martin (Coldplay). Por otro lado AC/DC también tocaría dos canciones aquella noche, “Highway to Hell” y “Rock Or Bust”.
Grohl explica, ahora, que aquella noche había planeado una pequeña cena con Paul McCartney y su esposa, Nancy Shevell, en un restaurante de Los Ángeles tras la ceremonia. Sin embargo, el ex-Beatle se encontró con los miembros de AC/DC en un hotel de la localidad, e invitó a Brian Johnson, a Angus Young y compañía.
Lo que no sabían todos los presentes (salvo Grohl) es que, en aquella cena, también sonaría música en directo. Grohl conoció a los miembros de la New Orleans Preservation Hall Jazz Band mientras filmaba su documental ‘Sonic Highways’, una serie de HBO que acabó también dándole nombre al octavo disco de Foo Fighters, y también les invitó a tocar en aquel evento tan especial.
“¿Qué te parece si marchamos por la calle detrás de vosotros hasta el restaurante, justo hasta la mesa, y tocamos para vosotros allí?”, le preguntó el líder de la banda, Ben Jaffe, a Grohl.
“Le aseguré a Ben que, pasara lo que pasase, me encargaría de que eso sucediese y le dije que deberíamos mantenerlo en secreto. Así sería una sorpresa para todos nuestros invitados en una noche que nunca olvidarían”.
“No había forma de que pudiera pagarles a todos aquellos iconos que llenaban el cuarto los años de inspiración que me habían dado. Sin embargo, si podía hacer que sonrieran, bailaran y sintieran la alegría de la música, como ellos habían hecho conmigo toda mi vida, les devolvería algo de mi deuda”.
«En cuestión de segundos, el restaurante se inundó con el estruendoso sonido de los metales al recorrer las mesas de los asombrados clientes», recuerda Grohl en su libro. “Una vez que terminó el shock inicial, el lugar se convirtió en una sala de baile y todo el mundo dejó sus bebidas para coger a sus parejas y bailar alrededor. En ese momento, toda la pretensión del rock and roll y la realeza desaparecieron, y sólo hubo pura alegría. En cierto punto, según bailábamos, Brian Johnson se giró y, con una gran sonrisa, me dijo: ‘EN REALIDAD ESTOY JODIDAMENTE FELIZ’”.
“Mi trabajo ahí estaba completo”.
Fuente: Rock Fm