Un 3 de julio se retiraba del mundo terrenal uno de los artistas más cargados de sex appeal de todos los tiempos, único como ningún otro y líder de la banda más descarada de la historia de la música ‘The Doors’.
Jim saboreó la veneración, el éxito, la fama, los escándalos, las drogas y el erotismo (se consideraba a sí mismo un Shaman sexual y decía que su a única misión era dar placer a todas las mujeres), fue el ícono de lo prohibido tanto de las quinceañeras del momento, como de los hippies. Con sus letras y su actitud, se convirtió en una auténtica provocación a los valores norteamericanos, e increíblemente esto jamás le restó seguidores.
Pero no todo podía ser perfecto para alguien que llevaba una vida de excesos, pues esto desencadenó en un momento trágico, hasta llegar al punto de mostrar sus genitales durante un concierto en Miami. Después de eso, pasó por un juicio por Exposición Indecente y se marchó a Paris, donde dedicó su tiempo a beber, fumar y convertirse en un ser humano muy diferente al que se conocía, se lo veía muy demacrado y sin esperanzas.
Todo acabó a comienzos de julio de 1971 en su apartamento de Paris, a causa de un infarto mientras se bañaba, Jim Morrison nos dejaba y desde ese momento los feligreses no dejan de visitar su tumba en la ciudad del Sena.