La celebración del Día de la Bastilla fue interrumpida por la muerte y el caos después de que un camión arrollara a un grupo de personas reunidas para disfrutar de los fuegos artificiales la noche del jueves en Niza, al sur de Francia. El viernes por la mañana el número de personas fallecidas ascendía a 84. Había más de 100 heridos.
“El terror, el terror ha vuelto a golpear a Francia”, dijo el presidente François Hollande en un mensaje televisado la madrugada del viernes (hora local). También apuntó que el “carácter terrorista” del ataque era innegable y calificó como “una monstruosidad” el uso de un camión grande para matar deliberadamente.
“Francia ha sido atacada en el día de su fiesta nacional”, agregó. “Los derechos humanos son negados por los fanáticos y Francia claramente es su blanco”.
El ministro de interior, Bernard Cazeneuve dijo: “estamos en guerra con terroristas que quieren golpearnos a cualquier precio y de manera muy violenta”.
Es el tercer ataque en suelo francés en poco más de año y medio. Sucede ocho meses después de los atentados en varios restaurantes y una sala de conciertos de París, que provocaron 130 muertos. En enero de 2015, un ataque contra el semanario satírico Charlie Hebdo terminó con la vida de gran parte de su redacción.
Las autoridades pidieron a la población permanecer en sus casas y cancelaron el resto de las festividades planeadas en Niza, una ciudad costera de 340.000 habitantes, que incluían un festival de jazz y un concierto de Rihanna.
Daphne Burandé, una chica de 15 años que había ido a un bar cerca de la playa para ver los fuegos artificiales, dijo: “Estábamos divirtiéndonos en la celebración cuando de repente vimos a personas que corrían por todos lados y tiraban mesas a su paso por del miedo”.
Desde hace meses Francia está en alerta por ataques terroristas y las autoridades ya habían advertido varias veces sobre las posibilidades de un nuevo ataque.
Un hombre que dijo llamarse Michel y que trabaja en el restaurante Voilier Plage, frente a la Promenade des Anglais, contó a la televisora francesa iTele que cerca de las 22:30 un camión blanco grande arrolló a una multitud que se había reunido para disfrutar de la pirotecnia por el Día de la Bastilla, y mató a decenas de personas. “Muchos empezaron a correr, después hubo disparos”, dijo.
La televisión francesa transmitió imágenes de personas que corrían aterrorizadas. En Twitter, algunos testigos publicaron fotografías de cuerpos que yacían en el asfalto.
Varias horas después del ataque, ningún grupo había reivindicado el suceso. El Estado Islámico suele tardar varias horas, incluso días, para asumir la responsabilidad de los atentados en Occidente. Por lo general, lo hace a través de su canal Amaq en la aplicación encriptada Telegram. Sin embargo, como sucedió tras los ataques de París, Bruselas y Orlando, había celebraciones en los canales operados por grupos afines al Estado Islámico, y también en un canal afiliado al grupo.
El atentado de Niza sucedió apenas horas después de que el presidente François Hollande anunciara que el estado de emergencia se levantaría el 26 de julio. Ya extendió dicho periodo por tres meses más, pero sin lugar a dudas el ataque fue un golpe bajo a una nación que estaba luchando por volver a la normalidad.
Este ataque sucede solo días después de la final de la Eurocopa 2016 que tuvo lugar en Francia. Durante esta competencia, el país se mantuvo en alerta. Con miles de personas congregadas en estadios y zonas de fanáticos, la policía y varios esquemas de seguridad privada tomaron medidas excepcionales para brindar seguridad a los asistentes.
No se sabe si las medidas tuvieron éxito, o si de hecho no existió ningún ataque planeado durante el evento. Una pregunta que sin duda saldrá a flote en los próximos días es si las fuerzas de seguridad, y también los ciudadanos, bajaron la guardia tras el torneo al pensar que ya no había peligro inminente.