El vocalista de AC/DC durante los últimos 36 años, Brian Johnson, ha difundido este martes un comunicado en el que por primera vez explica los detalles sobre su salida del grupo tras ser diagnosticado con severos problemas auditivos que podrían provocarle una sordera total en caso de seguir sobre los escenarios.
La zozobra en el mundo de AC/DC comenzó el pasado 7 de marzo, cuando el grupo canceló los conciertos que tenía previstos para esta primavera en Norteamérica aludiendo a esos problemas de salud de Johnson, en el grupo desde 1980 hasta ese momento. Desde entonces transcurrió algo más de un mes hasta que se hizo oficial este pasado fin de semana su salida de la banda.
En su lugar, ya se ha confirmado oficialmente el fichaje de Axl Rose de Guns n’ Roses para terminar la actual gira «Rock or Bust», primero con una serie de conciertos en Europa desde el 7 de mayo en Lisboa (Portugal) y el 10 de mayo en Sevilla. A finales de año se reprogramarán los conciertos del grupo en Estados Unidos que fueron cancelados en marzo y abril.
Johnson, de 68 años, dice en este comunicado que quiere personalmente explicar todo lo sucedido durante estas semanas de incertidumbre: «El 7 de marzo, tras una serie de exámenes de expertos en el campo de la pérdida de audición, fui advertido de que si continuaba actuando en grandes recintos podía quedar totalmente sordo».
«Mientras quedaba horrorizado por la noticia, tuve tiempo de darme cuenta de que mi audición parcial estaba empezando a interferir en mis interpretaciones en el escenario. Estaba teniendo dificultades para escuchar las guitarras porque no podía escuchar claramente al resto de músicos. Temí que la calidad de mi actuación pudiera verse comprometida», plantea Johnson.
A este respecto, añade que siendo «totalmente honesto», esto era algo que «no podía permitir en buena conciencia», puesto que los fans de AC/DC merecen «los más altos niveles» en sus actuaciones. Por eso subraya que si por cualquier razón no podía llegar a ese nivel, «no iba a decepcionar a los fans o avergonzar a los otros miembros» del grupo.
«No soy un cobarde y quiero terminar lo que he empezado. Sin embargo, los médicos me dijeron claramente a mi y mis compañeros que yo no tenía otra opción salvo dejar de actuar durante los siguientes conciertos y posiblemente más allá. Ese fue el día más oscuro de mi vida profesional», relata.