Nació hace 10 años de una forma discreta y, aunque parece que fue ayer, muchas cosas eran muy distintas. Cuando, el 21 de marzo del 2006, se puso en marcha Twitter, el presidente de Estados Unidos era George W. Bush y, para muchos, Barack Obama no era todavía un personaje conocido. Cuando nació Twitter, no existía el iPhone. Cuando nació Twitter, el Barça tenía una sola Copa de Europa –hoy tiene cinco–. Cuando nació Twitter, no sabíamos como esta red influiría en el mundo.
El primer tuit de Jack Dorsey. cofundador de Twitter, fue “@jack: Just setting up my twttr” (poniendo a punto mi Twitter). Poco podía imaginar como aquella red de micromensajes iba a influir en la comunicación global a base de textos limitados a 140 caracteres como máximo.
Hoy, Twitter tiene un número de seguidores activos relativamente corto: unos 320 millones, aunque más de 500 millones de personas han tenido una cuenta. Sin embargo, pese a la diferencia de peso demográfico respecto a una red como Facebook (1.600 millones de usuarios), la red de los trinos tiene una influencia destacada y un impacto inmediato en los principales acontecimientos mundiales.
Junto con la capacidad para transmitir acontecimientos trascendentes, Twitter también ha sido un instrumento para la frivolidad y los contenidos vacíos. En el 2016, Twitter lanza al ciberespacio unos 500 millones de mensajes diarios. En un año, se publican unos 200.000 millones de tuits.
Como instrumento de comunicación ha abierto nuevas vías desconocidas. Barack Obama, que accedió a la presidencia de Estados Unidos en el 2008, fue uno de los primeros políticos en utilizar de una forma estructurada el uso de las redes sociales. Twitter ya estaba ahí.
El 20 de abril del 2008, conocíamos una gran noticia científica. La sonda Mars Phoenix Lander encontró agua helada en Marte y la NASA utilizó Twitter para anunciarlo: “¿Estáis listos para celebrarlo? Bien, preparaos. Tenemos HIELO!!!!! Sí, HIELO, *AGUA HELADA* en Marte! w00t!!! El mejor día!!”.
No sería la última vez que un descubrimiento de interés mundial llegaría hasta nosotros en forma de mensaje corto. Cuando la sonda espacial Rossetta logró hacer aterrizar su módulo Philae sobre la superficie de un cometa, la humanidad se enteró por un tuit. Con la llegada de Twitter, la comunicación ha cambiado.
Las revoluciones de la llamada primavera árabe se apoyaron en sus convocatorias multitudinarias en un instrumento como Twitter pese a los intentos de algunos gobiernos de bloquear el acceso a esta red.
Los 140 caracteres de Twitter tampoco dejan lugar a los matices. Los mensajes son directos, sin explicaciones, por lo que, ya sea por malentendidos o por errores en el mensaje, esta red social se ha convertido también en un instrumento para linchar personajes. Equivocarse a la hora de emitir un mensaje o decir una tontería se paga caro. Algunos han tenido que cerrar sus cuentas agobiados por las oleadas de críticas de miles de usuarios.
Los españoles más seguidos en Twitter son Alejandro Sanz (13,5 millones), Andrés Iniesta (12,1 millones) y Gerard Piqué (12,1 millones). En el mundo, la cantante Katy Perry supera los 84 millones de seguidores, seguida de cerca por su colega Justin Bieber, con 77,4 millones. Obama tiene 71,3 millones.
Con Twitter hemos aprendido que los temas a se etiquetan mediante el símbolo de la almohadilla ( hashtag), y que hay tendencias en temas ( trending topic) que nos indican qué es lo que más interesa (en teoría) a los usuarios registrados en esta red.
Los diez primeros años le llegan Twitter en una cierta crisis existencial. Aunque celebre su aniversario bajo el hashtag #LoveTwitter, su crecimiento parece estancado y su modelo de negocio no acaba de arrancar. Los tuits patrocinados o el nuevo orden propuesto de los tuits (que puede ser desactivado por el usuario) son algunas de las ideas que los directivos de la compañía han ideado para salir a flote.
Los mensajes sin embargo siguen ahí. La nueva herramienta de Twitter es la transmisión de vídeo Periscope. Los trinos parecen seguir muy vivos.